150 Marcos

Un día le vio salir huyendo. Se escapaba, furtivo, por la ventana entreabierta...

Con la mirada triste le siguió los pasos y observó como se alejaba, escondido entre las hojas que el viento, de ese otoño maldito, arrastraba a su paso.

Le asaltó la certeza, atacó como garra en el cuello, como mordida en las entrañas, como puño de acero en el estómago.

Intentó recuperar la calma, analizar lo sucedido y decidió dejar de fingir que "eso" le estaba pasando a ella.

¿Cuánto tiempo llevaba sospechando? ¿cuánto engañándose a si misma...?. Ya no más.

Era fuerte. Enfrentaría con valor la situación, cara a cara y sin tapujos, como siempre, hasta ahora, había sido.

Poco a poco, con calma, porque los años no perdonan,  trazó un plan para afrontar los hechos e intentar retomar las riendas.

Llamó al hijo. Quería pasar una tarde de compras con él, en el Ikea - le contó.

Madre e hijo regresaron tarde y se despidieron a la puerta, había sido una jornada extraña para ambos, bien, ya tendrían tiempo de hablar con más calma del asunto. La prioridad de ella ahora era otra. En cuanto él se fue, comenzó a desembalar todos los paquetes. No quería, no podía dejarlo para el día siguiente.

Sonrió al recordar la cara de su hijo, cada vez más curiosa, extraña, sorprendida, a medida que la bolsa amarilla se iba llenando de objetos. Y entonces rió con ganas, escuchó sus propias carcajadas en el eco de la casa. Sin duda su hijo pensaba que estaba loca y si ahora la estuviese observando, ya no le quedaría ninguna duda.

Con los ojos brillantes, se preparó un café bien largo para encararse con la noche. Papel y boli en mano comenzó una larga lista de como organizar su compra : 150 marcos - como anclas, como jaulas doradas - uno por cada recuerdo imborrable que ya nunca, nunca, nunca, dejaría escapar. 

Marco amarillo, modelado en cuero.

Un curioso encargo realizado en badana natural, teñida de amarillo con anilinas al alcohol.

Un marco especial para una persona especial (fan de una conocida serie de TV) a la que le gusta observar por la mirilla con estilo.