domingo, 2 de marzo de 2014

Origen

L´Ayalga la Xana


Cuenta la leyenda que hace años, muchos, muchos años, cuando la fantasía convivía a tan solo unos pocos pasos de nosotros/as no más allá de una senda al otro lado del camino...hubo un joven pescador, un "chalaneru", que cansado de laborar en la mar, decidió darse un día de descanso y, tomando su pequeña chalana navegó con ella río arriba en lugar de internarse en la mar.

   Remó tranquilo y descubrió en el cauce un pequeño canal desconocido hasta entonces para él.

   Su temperamento curioso le llevó a seguir la pequeña vía acuática que se abría entre una fronda cada vez más cerrada. Perdió el joven la noción del tiempo ya que la luz que envolvía el paisaje no era más que un resplandor verdiazul que todo lo envolvía, bien podría estar anocheciendo o ser simplemente mediodía...a punto estaba de regresar sobre su estela, ya que el túnel parecía no conducir a ningún  lado cuando surgió ante el una laguna que recogía las aguas de una pequeña cascada que parecía brotar de las profundidades de una gruta.

   El joven "chalaneru"decidió descansar entonces y tras echar las redes al agua, más por habito que por necesidad, se recostó a descansar.

   Despertó sobresaltado al notar un fuerte tirón, que hizo zozobrar la frágil embarcación. Buscando el origen de tal agitación, descubrió a una joven de largos cabellos que intentaba liberarse de las redes.



   La asombrosa belleza de su rostro le hizo pensar que se trataba de una sirena, pero al ayudarla a desprenderse de sus ataduras e izarla a la cubierta, descubrió su cuerpo de mujer, apenas cubierto por un fino velo. Ni su voz, ni el color de su cabello, ahora rojizo, ahora anaranjado con ligeros destellos verdosos, ni el iris esmeralda de sus ojos, hacían posible que se tratase de una humana...

   La aparición no era otra que una Xana, que, solitaria, habitaba en la laguna custodiando un gran tesoro, una "ayalga"escondida en su morada.

   Pasaron horas o tal vez fuesen días o semanas las que compartieron juntos, gozando de su mutua compañía. Agradecida y contenta ella, disfrutando los relatos del marino. Enamorado él, viviendo la ensoñación sin aún poder creerse su suerte. Pero de todos los sueños se hace necesario despertar y el joven decidió que debería regresar a su aldea para tranquilizar a los suyos que, sin duda, estarían más que preocupados con su ausencia.

   Por más que la Xana intentó convencerlo de aplazar su partida, llegó el día. Los dos lloraron la decisión tomada y antes de partir, se internaron juntos en las profundidades de la caverna y allí la Xana le mostró  su Ayalga. Había diversos objetos y todos desprendían un maravilloso brillo dorado. Escoge - le dijo - de entre todas los tesoros que aquí se hallan, pero tan solo podrás llevarte uno contigo. El chalaneru miró a la joven y luego el tesoro "a tí"- pensó - "a tí te escojo" pero fué cobarde y sus labios señalaron un alfiler de oro y diamantes que se hallaba sobre otro montón de joyas.Así sea, dijo la Xana y saliendo de la cueva se despidieron, no sin antes prometer guardar el secreto, de lo acontecido.

   Mil historias se inventó al llegar a su pueblo, el joven pescador, mil excusas para regresar junto a su amada, pero, aunque por años intentó buscar su refugio río arriba, jamás pudo hallar de nuevo aquel pequeño canal en el río, que conducía a la mágica laguna.Y por siempre llevó en el pecho aquel alfiler de oro, que parecía clavársele en el corazón, hasta el día de su muerte.

Hoy inicio mi historia, que es otra historia, en la que una xana (con minúscula) también se enreda en esta red, que es otra red.

Os mostraré a vosotros y vosotras los pequeños tesoros que "custodio". Pequeñas Ayalgas salidas de mis manos y que sin ser de oro ni plata, contienen todo mi cariño.

Un saludo, compañeros y compañeras que decidáis acompañarme en esta historia que construiremos juntos/as.



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